A mis amigos les hacen falta y les sobran las mismas cosas:
poesía y realidad y tiempo presente.
No son tipos chic, tampoco trendy, ni siquiera vintage, mucho menos fancy.
Mis amigos son mis amigos,
mucho más que personas ordinarias, saben leer,
pueden escribir y me enseñan su edad con el alfabeto, con muertes retóricas.
A mis amigos, sin pudor, sin intención.