Keep on shaking it all for me

el orgasmo detiene sus palpitaciones, la belleza presenta heridas, su vanidad cubre su rostro de corazones infames

Los escritores de hoy me aburren. Dónde andan los que en el futuro cambiarán nuestras vidas para hacerlas más bonitas y emocionantes?
Los escritores de hoy hablan de sí mismos, como si a los demás nos importasen sus vidas tan poco atractivas. Tan poco bellos. Ellos.
Dónde andan los escritores del mañana?
Eran mejores en mis tiempos por venir.

Sunrise

Ni si quiera lo pienses,
aunque la violencia de hacerlo te congele el rostro,
donde hay un latido de colágeno en nuestras sensaciones,
las que compartimos sin temor a volvernos más que uno.
Esto no tiene sentido.
Sin importar que el tintineo de tus agujas
desvista la necesidad de perderte en la piscina de champaña.

Invitación

Si pudieras decir no

Sé que no me entiendes
y es eso lo que me importa,
escúchame, sólo mira mis palabras,
pero, aunque veas su luz,
evita cualquier gesto
que delate su efecto en ti.

Ojalá pudieras.

All I wanna do is move on

Todo se mueve, menos yo, sin que el universo contonée sus caderas a mi alrededor. Escucho la síntesis eléctrica de los acordes que una voz ralentiza en su cubierta de Lancôme. Y luego algunos destellos de verdad en una pantalla blue ray. Las mentiras se extinguen en las fábricas de realidades incuestionables. Me muevo para dejar pasar el mundo.

A lo Carrie Bradshaw

Encontré una note en Moleskine Literario de Iván Thays, muy bueno, sobre Martin Amis y su idea de la ficción y la realidad. Buenísimo:
"Eso es la ficción. ¿Qué podía parecerse menos a un pie que ese tipo de zapato tan estilizado? La ficción es el zapato, y la vida real es el pie, la parte más fea de cualquier cuerpo", dijo Martin Amis, al que le gusta sazonar sus razonamientos con ironía.
Tal vez los creadores de ficción podrían ser tan del gusto de la gente común como unos John Galliano o un par de Prada.

Velvetina

Todo lo que existe, existe porque lo nombramos. Y lo nombramos porque de alguna manera y en algún momento lo necesitamos. En nuestras voces está pues el poder, para que lo que nombremos sea y se haga posible. La palabra es un privilegio de todos y que a todos hace iguales. Pero debe estar siempre en activo.

No se trata de echarse de menos para echarse cosas en cara, no. No se trata de
eso... se trata de decirlo a tiempo.

Los recuerdos cristalizan con el tiempo. La memoria conserva algunos bajo forma de cuarzos olorosos. Pero la mayoría de ellos se sospecha que nunca fueron del todo pulidos. Esos son los que siguen y seguirán volviendo, como lo hace todo aquello que no se resuelve en el tiempo. Y esos, se merecen un bolero.

Del cd Velvetina-Miguel Bosé

La Culpa

Un poco, sólo un poco, bien adentro, hasta la retina, proyectándose directo hacia el abismo de la mirada que no quiere hacer contacto.
Menos, mucho menos, desde las risas, a partir de los abrazos que parten sin retorno, entre su inexistencia y el empezar con lo mismo.
Otra vez.

Schöne Augen

Medio oscuros, medio claros,
tus ojos en alta definición,
imagen transmitida
por una señal directa y continua
que perturba mis noches,
que se pierde al despertar,

pero aparecen tus lunares
sobre la pantalla de tu piel
como amplificadores de la música
que escucho hora tras hora,
el día entero,
hasta el instante
en que mi cuerpo vuelve a vivir
las historias de tu mirada.

Foto con amigos

una foto con amigos,
Enrique, Michel y Agustín,
la fotografía muerta en sepia dolor de años sin parabrisas,
nuestra instantánea que no existe por sus miradas zigzagueantes,

los amigos sin retrato natural de voces muertas entre la pantalla y la espera,
mis amigos con el flash despostillado entre las sonrisas perfectas,

Enrique, Michel y Agustín, eternos fuimos sobre el papel holograma,
Enrique, postura al final del abismo, labios encañonados,
Michel y su cuerpo de escaleras hacia el infinito, de fotogenia imposible,
Agustín, indeciso por la aparición lejana o la presencia volátil,
yo, girando tras el clic que nos pierde en los segundos sobre los ojos

Paso Número Mario

Para Marito

la voz de Mario maquina sentimientos de salva
en complicidad con el altavoz
de un teléfono que se muere sobre su sonrisa,
la voz resucita muchas veces al día:
hey, Mario, tu cuerpo deteriora las fantasías
de una persona dormida junto a ti,

hey, Mario, vibra una llamada antigua
entre tus manos,
tu propia mirada te oculta el pasado que no viviste,
tus secretos te desnudan y especulan sobre la verdad de tu piel,
sobre cómo el tiempo se suicida para olvidarte en la eternidad,

hey, Mario, no entiendes las heridas de la persona
que recorre tu cuello en sueños anónimos,

hey, Mario, despierta
y contesta a las caricias que gritan desde tu espalda