domingo, 14 de septiembre de 2008

Aproximaciones

Quiá sean tres, de a tres, sólo tres por tres, aunque muchas veces no se logra ni uno, tan sólo dos, tú y yo y el otro yo de aquellos tiempos, cuando no sabíamos quién eras tú, cuando pertenecíamos a una mirilla que se empañaba de pólvora, rota y aletargada sobre unos labios, sobre tres pares de labios, los que todos solemos tener guardados bajos las sábanas, por si acaso, por si las noches nos despiertan con los cueros hechos jirón de seducciones postreras. En fin, no es más que una schweinerei bien plantada en tu cabello.

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